Salzburgo acoge el estreno europeo de una ópera incompleta de Joaquín Rodrigo. Viena, 11 oct 2019 (EFE)

La Azucena de Quito es una pieza sobre la vida de la santa Mariana de Paredes de una duración de 25 minutos.
Salzburgo acoge este sábado el estreno en Europa de „La Azucena de Quito“, una pieza inconclusa que Joaquín Rodrigo concibió como una ópera, en lo que fue una inédita incursión del maestro valenciano en ese género.
La Soprano Olga Blanco interpreta el rol principal de Mariana Paredes/ Azucena de Quito.

„Suponemos que, entre medias, le salieron otras cosas y fue dejando esto un poco de lado y no lo terminó“, explica a Efe Carlos Chamorro, que mañana dirigirá el recital en el que sonará por primera vez en Europa esta pieza sobre la vida de la santa Mariana de Paredes, que Rodrigo (Sagunto, Valencia 1901 – Madrid, 1999) comenzó a componer en 1960. El compositor del Concierto de Aranjuez sólo terminó el primer acto, del que únicamente llegó a interpretarse el aria final en un concierto en 1962.

Con todo, Chamorro destaca que esta obra es „muy de estilo Joaquín Rodrigo“, con „una instrumentación muy transparente“, y no una ópera romántica al uso. Por ejemplo, explica que el aria „La despedida de Azucena“, al final del primer acto, está compuesta para sólo tres instrumentos: oboe, corno inglés y celesta, logrando darle una introspección espiritual a ese momento en el que Mariana se despide de la realidad mundana para seguir a Dios.

La pieza tuvo su estreno mundial en Guayaquil (Ecuador) el pasado 5 de julio, víspera del 20 aniversario del fallecimiento del compositor.

Los protagonistas de la Gala Lírica en Macastre ceden su caché para que se invierta en la repoblación de los montes afectados por el incendio de 2012.

Carlos Apellaniz, Olga Blanco, Alejandro Von Büren, María José Casero


Tres reconocidos profesionales vinculados a la Lírica han decidido poner su granito de arena para incentivar la repoblación de los montes de Macastre afectados por el devastador incendio forestal acontecido en 2012. La reconocida soprano Olga Blanco, el tenor venezolano Alejandro Von Büren y el pianista Carlos Apellániz han donado el dinero que debían percibir por su participación en la Primavera Cultural de la citada población para que se invierta en un proyecto de reforestación. Además, no han dudado en sumarse a la propuesta que plantea el consistorio para la celebración de un festival benéfico que permita recaudar más fondos para devolver el verde de antaño a los montes del término municipal.
“Me enorgullece haber podido conocer y disfrutar de la impagable calidad artística de estos tres profesionales. Están sobradamente cualificados en su campo pero, lo más importante, es que son unas excelentes personas. Les ha encantado tanto Macastre y su gente que han decidido comprometerse en la recuperación de nuestros bosques. Es ciertamente ejemplar que la música actúe en este caso como elemento de concienciación. A través de ella se va a poder reparar parte de los daños causados por las llamas siete años atrás”, afirma la alcaldesa, María José Casero.
En la parte estrictamente musical, el “Viaje Lírico” que ofertó el área de Cultura en su programa primaveral fue un éxito de participación. Durante dos horas, los protagonistas de la misma ofrecieron un variado y exigente programa que mereció la ovación del respetable.

Es war ein ganz besonderes Programm, das die Sopranistin Olga Blanco zusammen mit dem Pianisten Marco Micheletti in den Räumen der Online-Merker Redaktion (1120 Vien, Zeleborgassse 20) offerierte: italienische Lieder, die für große Sänger der Vorkriegszeit entweder extra geschrieben oder von diesen gerne gesungen wurden – bis auf Paolo Tosti, Alfredo Catalani, Riccardo Zandonai und Francesco Cilea heute weitgehend unbekannte Namen, die den Untertitel des Abends „Tesori nascosti“ / ,,unbekannte Schätze“ durchaus verdienten!

Die beiden Künstler, die temperamentvolle Spanierin aus Valencia und der Liedbegleiter und Klavierlehrer aus Bologna, beide wohnhaft in Wien, haben unzählige Recherchen in Wiens Musikbibliotheken und andernorts unternommen, um diese Schätze zu heben. Etwa die Hälfte ihrer Funde bekamen wir an diesem Abend zu hören. Es handelt sich dabei durchwegs um sehr schöne, gut singbare Texte, zu etwa 80% schwermütige Liebeslieder, überwiegend solche, die von einer Frau an einen Mann gerichtet sind, aber auch männliche Liebesbeteuerungen und, vor allem als Draufgabe, Heiteres und Lebenssprühendes.

Der dramatische Sopran von Olga Blanco (sie singt von Mozarts Contessa und Fiordiligi über Giovanna d’Arco und Aida bis zu Tosca und Manon Lescaut so ziemlich das gesamte italienische Repertoire) verlieh allen Liedern viel Intensität, die sich, wie etwa bei „Non è ver“ (Tito Mattei, 1841-1914) ins Ariose steigerten, während die vortrefflich lockere Klavierbegleitung dafür sorgte, dass das liedhafte Schwelgen in Gefühlen nicht zu kurz kam und auch den einen oder anderen scherzhaften Aspekt zuließ.

Das erste dargebotene Lied „Povera Lina“ von Francesco Capponi (1840 – 1900), bestehend aus 3 8-zeiligen Strophen über das liebeskranke Mädchen, die nach Vergleichen mit verblühenden Blumen, versagender Sprache und zu anstrengendem Singen, jeweils mit den Worten „Ah, povera Lina, in mezzo al cor piagata!“ enden, wurde gern von Magda Olivero, eine der Lehrerinnen von Olga Blanco, gesungen (an deren Manon Lescaut an der Seite des jungen Plácido Domingo in der Arena di Verona 1970 ich mich sehr genau erinnere – damals war sie 60 und wurde bekanntlich 104!). Andere dieser Lieder hörte man oft von Stützen des italienischen Belcanto wie Caruso, Gigli, Tito Schipa oder Amelita Galli-Curci.

Titel wie „Fiore che langue“ (Augusto Rotoli, 1847-1904),), „Visione“ (Tosti), „Perché?“ (Giovanni Sgambati, nach Heine), „Senza baci“ (Catalani, 1853-1893), „Rime smarrite“ (Renato Bellini, 1895-1944, nicht verwandt mit Vincenzo), „Mistero“ (Zandonai, 1883-1944), „Lontananza“ (Cilea, 1866-1950) oder „Baciami!“ (Arturo Buzzi-Peccia, 1854-1945) mögen für sich sprechen. Sie haben alle hohe musikalische Qualität. Ja, wir hörten die Sonne lachen, wie es in Tostis „Visione“ („Il sole ride“) heißt, während es draußen in Meidling regnete…

Ein Programm, das nach Wiederholung an anderen Spielstätten ruft!

Sieglinde Pfabigan (Der neue Merker, 04/2018)